
Hace tiempo que soplan vientos de cambio en el humor, que ya no es un espacio hegemónico masculino. Multitud de mujeres están llevando a las salas y a las redes sociales otras voces, otras perspectivas, otros relatos, otros análisis, haciéndonos reir, haciéndonos pensar, haciéndonos cuestionar. La risa llega clara, potente, lúcida y liberadora y recorre la política, lo cotidiano, las precariedades, los cuerpos, el sexo, los afectos, la identidad, los fracasos, los miedos, los abusos. La risa estalla con inteligencia y este ciclo pretende ser una muestra y una fiesta de cómicas que piensan o de pensadoras que hacen comedia.
Todos las actuaciones serán en el Civivox Condestable a las 19:30 horas. Precio de la entrada: 3€. Reserva de entradas on line desde www.pamplonaescultura.es, a través del teléfono 010, o presencialmente en el propio Civivox Condestable hasta 24 horas antes.
4 de noviembre
Monstruo Espagueti

11 de noviembre
Clara Ingold

26 de noviembre
LalaChus

9 de diciembre
Ajo

13 de diciembre
Nerea Pérez de las Heras

21 de diciembre
Itziar Ziga
Cuando era niña, pequeña no recuerdo haber sido nunca, mi amatxo me proponía en la calle: vamos a reírnos de la gente. Esa tiene cara de lunes, ese parece Tonetti en chándal,… Lo decíamos a distancia, sin molestar a nadie. Y como nosotras también éramos gente y la gente damos curiosidad, ternura, risa, deseo, a veces miedo, nos burlábamos igualmente de nosotras mismas. De mi amatxo aprendí lo divertida que puede ser la vida, también lo violentada, sobre todo para las mujeres. Me encanta cuando digo que mi padre era muy currante, y alguien cae en esa trampa semántica mía, tan facilona: ya, una cosa no quita la otra. Currante de maltrador, de que nos curraba, coño. Afortunadamente, en casa no me enseñaron que trabajar, osea, ser explotada laboralmente dignifique; la fiesta, ¡siempre!
Dicen que comedia es tragedia + tiempo. A veces no hace falta siquiera tanto tiempo. Eso sí, serán imprescindibles las compinches, en cualquier número y desgénero. Para reírse y para todo. Y no es que reneguemos del humor dominante, del humor de los machos blancos, solo porque es políticamente infame, ¡es que aburre a las baldosas, por repetición y autocomplacencia! Cuando tienes que resistir, recrearte, aguantarte, superarte, volver a darte por mal jodida, pues no solo te vuelves más interesante, más empática, más creativa, también a menudo más graciosa.



